Ese día el Señor Sanzô estaba muy cansado, tenia ganas de descansar y se fue a la cama. Metió la pistola debajo de la almohada y se acomodó como pudo. Esa noche era silenciosa, y como todos sabemos el silencio es algo que nuestro bonzo corrompido favorito agradece mucho.
Estaba a punto de dormirse cuando oyó ruido en la lejanía. No le dio demasiada importancia e intentó dormirse de nuevo. Cuando ya habia logrado dormirse, un nuevo sonido le despertó. Sanzô tiene muy poca paciencia, pero de momento no se le habia agotado, e intentó dormirse.
Estaba a punto de cerrar los ojos cuando escuchó un golpe en la habitación contigua. Sanzô ya habia perdido la paciencia, con decisión tomó su pistola, se incorporó, cojió un cigarro de su paquete de Marlboro Light, lo encendió y salió del cuarto.
Se quedó en el pasillo en silencio, intentando escuchar. En la habitación de al lado se oian golpes y alguna voz de fondo. Sanzô pensaba cual seria la mejor manera de entrar. Las personas normales podemos en estos casos actuar de tres maneras distintas: picar a la puerta educadamente y esperar a que nos abran, picar a la puerta educadamente y abrir, o entrar directamente si estamos muy enfadados.
Sanzô tenia otras formas de actuar: Podía picar a la puerta educadamente y cuando le abrieran apuntar con su pistola a la cabeza de la persona que le abrió, podia picar educadamente a la puerta y golpear con el harisen a todos los que estaban en la habitación o si está muy enfadado, cargarse la puerta a disparos o echarla abajo de una patada y matar a los que organizaban aquel alboroto.
En esta ocasión Sanzô se decantó por la tercera opción, aunque no mató a nadie, sencillamente, los que estaban organizando el escándalo no eran otros que Gojyo y Goku peleándose por cualquier chorrada, y Sanzô, que no se llevó ninguna sorpresa al verlos a ellos, disparó hasta que los otros dos tuvieron que tirarse por la ventana para no acabar con plomo en el cuerpo.
Esa noche, Gojyo y Goku tuvieron que dormir a la intemperie, pero el Señor Sanzô durmió en silencio y tranquilo, por fin.
Karlota Sanzô 20/05/2005 14:39
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